Publicado en elmundo.es - Blog de literatura
"Amorrortu Editores, en una especie de relanzamiento en España, está sacando una serie de breviarios o de documentos más que interesantes sobre pensamiento contemporáneo (y a menudo ya olvidado) en la colección Nómadas. Es el caso de la última entrevista a Jacques Derrida, realizada por Jean Birnbaum, y que se publicó en agosto de 2004 en el diario Le Monde. El título del asunto es 'Aprender a vivir', bajo el que se comprenden dos de los principales temas del pensador francés: la herencia judía o, mejor, cualquier herencia cuando se impone a la identidad personal, lo que no es sino una manera de Jacques Derrida de añadir oscuridad e incertidumbre (qué heredamos?, qué son nuestros actos como individuos sobrepuestos a la repetición interminable de lo que heredamos?); y el aprender a vivir, propiamente dicho: ""Vivir, por definición, no se aprende. Ni de uno mismo ni de la vida por la vida. Sólo del otro y por la muerte"". En realidad son dos aporías, y ya se sabe lo mal que nos llevamos con la ambiguedad y con los callejones sin salida. Derrida pensaba que la única posibilidad de enfrentarnos a ello era convertirnos en supervivientes, sentir como supervivientes, una mezcla de niños y espectros. Esta idea de la muerte en vida como forma de aprendizaje ya la vimos en el Parménides de Kingsley. O sea, se trataría de ""una anticipación retrospectiva que introduce el contratiempo y lo póstumo en lo más vivo del presente vivo, el retrovisor de un esperar-la-muerte en cada instante"". Suena a agonía, pero lo cierto es que gran parte de la angustia que aparece en nuestro paisaje está relacionada con la negación de toda muerte, hasta de las patas de gallo. Y es que si no se puede vivir con la muerte, tampoco se puede vivir con la vida (en la que se muere muchas veces). Mejor, aprenderlo."