Publicado en El Ciervo - n°724-725
Uno de los méritos de un buen entrevistador es hacer transparente al entrevistado, ayudar a entender la lógica de su pensamiento como se de una biografía intelectual se tratase. Las precisas preguntas de Trombadori lo consiguen con un autor difícil como Foucault, un personaje aficionado a los márgenes, a las anomalías y a la crítica de la rigidez en todos los ámbitos de la existencia. Bajo la guía de Trombadori descubrimos el porqué del interés de Foucault por aquello excluido de la historia de las ideas: las experiencias límite que ponen en cuestión las fronteras establecidas. Es Foucault en estado puro: la denuncia de los códigos sociales, la defensa de la irracionalidad, la refundación de las ciencias humanas, la reformulación de las identidades sexuales, la identificación del saber como deseo de sometimiento, el desenmascaramiento del intelectual al servicio de los sistemas disciplinarios del poder. Después de Marx, Nietzsche y Heidegger, Bataille y Bachelard, Foucault resiste como testigo inclasificable de la destrucción de la razón y de la subjetividad humillada.