Publicado en El ciervo
"Ricoeur nunca ocultó que su gran obsesión era elaborar una propuesta que fuese de ayuda al ser humano. Por ello, da por supuesto que las rupturas que jalonan nuestras vidas nos capacitan para descubrir la densidad del presene y la singularidad de cada individuo. En estas conferencias sobre el mal, Ricoeur ofrece una breve pero contundente reflexión centrada en la potencia interpretativa de la trascendencia: lo divino no tiene substrato propio en el orden del mundo porque nada mundano puede ser divino; no existe, pues, destino sino libertad responsable que muestra una falla en el corazón humano pero remite continunamente a Dios."