Publicado en La Nación - Suplemento Cultura
"Como se sabe, Jacques Lacan (1901-1981) dictó, entre 1953 y 1980, veintisiete seminarios anuales que constituyen la columna vertebral de su enseñanza. También escribió una serie de textos compilados incialmente en 1966 (Écrits), y otra serie compilada hace un par de años (Autres écrits), que incluyen conferencias, ensayos y reseñas varias. Dado que la mayoría de los seminarios no ha sido aún editada oficialmente, no es una tarea sencilla la de sistematizar la obra del psicoanalista francés. He aquí, al respecto, dos intentos de figuras de renombre en la polis lacaniana. Paul-Laurent Assoun, profesor en la Universidad de París VII y autor prolífico, suele caracterizarse por sus cuidadosos recorridos por la obra freudiana, por lo general a la luz de un tema o más bien de dos (La mirada y la voz, Cuerpo y síntoma, El perverso y la mujer). En este caso, el lector podrá apreciar una marcada discontinuidad tanto en la forma de diseñar el trayecto por la teoría de Lacan como en el modo de plantear algunos problemas. En rigor, si no supiéramos que su libro, Lacan, pertenece a la colección enciclopédica ""Que sais-je?"" (destinada a introducir condensada y velozmente temas varios), podríamos concluir que Assoun peca de superficial, que exhibe una inusual propensión al zapping o que cae en simplificaciones impropias de su estilo. Pero a la luz de una consigna tan ambiciosa, casi titánica, como la de presentar semejante obra en un puñado de páginas, el esfuerzo del autor resulta francamente extraordinario. El libro recorre las huellas del ""pensamiento-Lacan"", desde el temprano estadio del espejo hasta sus últimas formulaciones sobre el síntoma y el goce, pasando por la postulación de los tres registros -imaginario, simbólico, real-, la teoría del significante, la concepción del sujeto, del Otro, el deseo y la transferencia. El periplo incluye referencias a las incursiones de Lacan por otros campos (la lingüística, la lógica, la topología), interesantes puentes a la obra freudiana y también alguna alusión al estilo críptico (""el Góngora del psicoanálisis"", ironizaba el propio Lacan). Lacaniana consiste en una presentación de los diez primeros seminarios del maestro, dictados en el hospital Sainte-Anne de París. Moustapha Safouan, filósofo de formación, autor de varios libros y traductor de La interpretación de los sueños al árabe, se propone reseñar los aspectos fundamentales de cada uno de aquellos cursos anuales. Se trata, básicamente, de un trabajo de reconstrucción destinado a dilucidar cómo Lacan fue encontrando respuestas y soluciones a diferentes problemas teóricos y clínicos suscitados a partir de su propia experiencia o de la de otros (Freud, Jones, Klein, Balint). Antes de desarrollar las coordenadas de cada seminario, Safouan hace una breve descripción histórica y conceptual del contexto en el que el psicoanalista francés encaraba determinado tema (""El yo en la teoría de Freud"", ""Las psicosis"", ""La ética del psicoanálisis"", ""La angustia"", títulos finales de algunos seminarios). Los resúmenes en sí son incuestionablemente claros y precisos, y más allá de la mera información conceptual -el costado más enciclopédico- tienen la virtud de no disimular preguntas, problemas, obstáculos y paradojas de las exploraciones lacanianas. En este sentido, los correspondientes al sexto seminario (""El deseo y su interpretación"") y al noveno (""La identificación"") surgen como los más logrados. Pero acaso lo más provechoso del libro no haya que buscarlo puntualmente en la lectura de tal o cual reseña -siempre parcial, siempre algo arbitraria- sino en el conjunto. Así, con la perspectiva global como la que ofrece un buen mapa, se puede comenzar a apreciar cómo determinados interrogantes planteados, por ejemplo, en el segundo seminario, van recibiendo distintas respuestas en los siguientes y quizás terminan de tomar forma en el octavo; o cómo, de manera inversa, ciertos hallazgos teóricos formulados en el último seminario de la serie ya estaban, más o menos secretamente, esbozados desde el primero. Todas estas especulaciones, estas idas y venidas, quedan a cargo del lector. Se suele decir, y con toda razón, que escribir en pocas páginas lo esencial de algo es decididamente más difícil que hacerlo en muchas. En estos casos, ya sea reseñando toda una enseñanza o diez años de ella, los autores parecen estar a la altura de esa dificultad, aunque por supuesto condicionados por formatos que no dejan margen para mayores despliegues. De ahí el mérito de estas dos panorámicas de Lacan y de ahí también, claro está, su límite."