Publicado en Perfil -Cultura
"Si, por lo común, la filosofía de Platón se interpreta como el comienzo de la metafísica y del racionalismo, la cual para muchos –por ejemplo, Heidegger o Badiou- todavía predomina en el núcleo del pensamiento y de la experiencia occidental del mundo, en esta recopilación tardía de ensayos, notas y reseñas de Leo Strauss (1899-1973) no se afirma lo contrario, pero se modifica radicalmente esa interpretación canónica del platonismo. Se trata del último libro de este filósofo cuya notoriedad póstuma se debe a la influencia que ha ejercido sobre los neoconservadores norteamericanos (Huntington, Fukuyama o Paul Wolfowitz, secretario adjunto de Defensa de George W. Bush), lo que basta en sí mismo para hacer de él uno de los pensadores políticos notables del siglo XX. En general, los textos reunidos en esta edición reflexionan acerca del conflicto entre filosofía y religión, en cuanto éste cifra la condena a muerte de Sócrates (acusado de “herejía” por los tribunales de la democracia ateniense) en el 339 a. C., además de buena parte de la tarea histórica de la Ilustración. La originalidad de la lectura que Strauss hace de Platón, y a partir de allí de algunos otros (Hobbes, Maquiavelo, Maimónides, Hermann Cohen), tiene su meollo en convertir los filosofemas políticos en problemas y enunciados teológico-políticos como una forma práctica de zanjar la diferencia esencial entre filosofía y religión. De esto, en consecuencia, no sólo el platonismo se reconfigura en términos de una doctrina política que no duda en utilizar los mitos religiosos para alcanzar la politeia ideal, sino la misma filosofía política –desplazada por las ideologías- que se pone como límite la teología y la insuficiencia de la razón filosófica para erradicar la fe en los dioses. De este modo, Strauss acepta la acusación que realiza Aristófanes en Las nubes (424 a. C.) contra Sócrates –colocarse por encima de las costumbres y creencias- y extrae de ello la necesidad para el filósofo político de reconocerse ajeno a la comunidad de los hombres y, por lo tanto, la imposibilidad de la mayoría de estos para acceder al pensamiento filosófico. En este sentido, el ensayo de Strauss sobre el concepto de “ley natural” de Platón a Kant exalta esa pasión de la filosofía por dominar el mundo por medios sutiles y enmascarados."