Publicado en ABC - ABCD
Ya Ortega insistió en la conjunción interactiva entre la persona y las circunstancias. Tomasello, experto en antropología evolutiva, estudia el proceso inicial de cognición atendiendo tanto a la herencia (genotipo) como a la capacidad que en relación con el medi desarrollamos o creamos (fenotipo). Además, compara nuestra capacidad cognoscitiva con la de los primates con el fin de delimiar mejor la capacidad de conocimiento humana. Examina este proceso desde tres facetas: filogenética, histórica y ontogenética. Lo propio del hombre es la disposición adaptativa que logra cambiar el proceso de evolución cognitiva. Esta disposición consiste en la capacidad de los individuos para identificarse con los otros miembros de su especie: «ponerse en el lugar mental de otra persona», una suerte de capacidad analógica, fundamento de la imaginación. Esto es fundamental, y nos diferencia de los otros primates porque nos permite comprender las fuerzas causales subyacentes que gobiernan las relaciones dinámicas. Este cambio radical es determinante porque permitió la evolución cultural, en la que lo aprendido se modifica produciendo un efecto de acumulación de conocimiento, transmisible tanto a través de otros individuos como por incorporación a algún artefacto material o simbólico. Estos transmitirán una dimensión intencional derivada de sus inventores y usuarios. La importancia de este libro radica en que, teniendo en cuenta la genética, realza el papel que cumple la comunicación, la cooperación y el aprendizaje social como ámbitos formativos del conocimiento. Es decir, que la cognición actual de los adultos es el resultado de acontecimientos genéticos como de acontecimientos culturales (en un período mucho más corto), y por lo tanto trata de evitar, desde los estudios empíricos de la evolución cognoscitiva, el determinismo genético, que tiende a saltase el complicado dinamismo del proceso evolutivo de la cognición humana.