Publicado en La Nación
"Hace unos treinta años, poco después de la publicación del Vocabulaire de la psychanalyse , de Laplanche y Pontalis, Jacques Lacan impulsó en la Escuela Freudiana de París un proyecto de diccionario de psicoanálisis, cuya dirección fue confiada a Charles Melman. Con posterioridad, Roland Chemama y Claude Dorgeuille mantuvieron viva la idea a través de extensas reuniones llamadas ""del diccionario"". Fue Chemama, precisamente, quien organizó un equipo de colaboradores en un intento de dar cuerpo a aquella iniciativa del maestro. El resultado es esta obra que tiene cerca de 240 entradas -incluyendo 40 nombres propios- y tres glosarios: alemán-castellano, inglés-castellano y francés-castellano. Se trata, en rigor, más que de un diccionario ""del psicoanálisis"", de un diccionario de la teoría de Lacan, tal como lo sugiere el subtítulo que, tímidamente, asoma en la portada: ""Diccionario actual de los significantes, conceptos y matemas del psicoanálisis"". Los propios autores fundamentan esta restricción en una nota preliminar: para evitar un posible eclecticismo que, sostienen, ""haría creer en una equivalencia posible entre categorías que proceden de orientaciones muy diferentes de la conceptualización y de la práctica clínica"", se han privilegiado los conceptos freudianos básicos. Teorías como las de M. Klein o D. Winnicott, si bien están presentes a propósito de ciertos términos, no son, en cambio, examinadas en profundidad. La decisión no es desdeñable, aunque el argumento esgrimido es por cierto discutible, ya que descansa indudablemente sobre el supuesto de una continuidad entre la obra de Freud y la de Lacan. Ante objeción semejante, Chemama contrapone una formulación implacable: ""El psicoanálisis, en tanto tal, es freudiano; Ôsoy freudiano´, no dejó de repetir Lacan mismo"". Entonces... Esto no quita que la obra sea -y lo es- digna de elogio. Las exposiciones son de una claridad y una precisión notables, y el hecho de que, en general, se hayan seleccionado los aspectos fundamentales de cada concepto es una muestra elocuente de que los autores han explorado minuciosamente las fuentes. De manera que, pese a no ser exhaustiva, la obra no deja de ser rigurosa; tampoco pierde rigor por el hecho de ser didáctica y de lectura accesible. Son aspectos que hacen de éste un buen diccionario, si no ""del psicoanálisis"", al menos de la obra de Lacan y, desde luego, de su ""retorno a Freud"" propiciado a lo largo de su enseñanza. Claro está, es difícil a estas horas no ponerse un poco más exigente, en momentos en que el psicoanálisis cumple ya sus (¿primeros?) cien años de vida."