Publicado en El Mercurio - Artes y Letras
"El filósofo italiano Roberto Esposito es autor de una serie de influyentes libros que intentan analizar y plantear una reconfiguración de las categorías políticas. Un poco antes de su primera visita a Chile, Esposito conversa aquí sobre algunas de sus aportaciones. Aunque hay personas que estiman que en nuestra sociedad la política tiene un excesivo protagonismo —no faltará quien considere que los partidos políticos están ""demasiado politizados""—, el filósofo Roberto Esposito ha constatado desde hace años una creciente devaluación y sumisión de ella a otras esferas. En 1988 publicó un libro sobre lo “impolítico”, concepto que no comportaba un debilitamiento, sino, por el contrario, una intensificación, de lo político, problematizando la mayor parte de sus categorías. Lo hacía, por cierto, más allá de las certezas de la ""ciencia política"" y de las encuestas, leyendo detenidamente a una serie de autores que se movían entre filosofía, política, teología y literatura. Posteriormente, su indagación de ciertos conceptos clave lo ha llevado a estudiar, en una trilogía de libros, los conceptos de ""comunidad"", ""inmunidad"" y ""vida"" o ""biopolítica"". Después de todo, la biopolítica —que no sería una invención de Foucault (Esposito demuestra que se remonta a comienzos del siglo XX)— se ha convertido en uno de los términos más recurrentes en el debate filosófico político actual. En esos libros de Esposito ha sido central la noción de ""inmunidad"": ""Eje de rotación simbólico y material de nuestros sistemas sociales"", la califica en ""Immunitas""; ""paradigma general de la modernidad”, en ""Bíos"". Después de todo, en los cuerpos sociales, como en los biológicos, si se alteran sus sistemas inmu¬nitarios, el individuo o el ciuda¬dano sufren sus consecuencias. —¿Cómo podría caracterizar una mirada impolítica? ""Una mirada impolítica es aquella que deconstruye la forma metafísica que han asumido todos los grandes conceptos de la filosofía política moderna, desde el de soberanía al de libertad o al de democracia. Tal declinación metafísica de los conceptos políticos reside en su tendencia a aplastar el sentido propio siempre complejo y contradictorio— en su significado más evidente y superficial. De esta manera se pierde el elemento aporético, de hecho contradictorio, que los conceptos llevan en su interior, el que, por ejemplo, empuja siempre a la idea de democracia a tener trato con su opuesta totalitaria. Sólo a través de una mirada impolítica de tipo —así de penetrante y abarcadora, capaz de echarse a la espalda las palabras de nuestra tradición— es que conseguiremos enfrentar los desafíos del presente”. —¿Cómo explica que los programas de los partidos políticos contrarios sean tan similares? ""Esto ocurre porque la política misma —entendida en su sentido necesariamente conflictual, antagonístico— está debilitándose y a cedido el paso a la economía, o más bien a las finanzas, y a la tecnología, que son potencias neutralizantes (aunque no neutrales, visto que siempre sirven a algunos intereses frente a otros). Cuando las vinculaciones económicas continentales o mundiales se consideran inmutables, no existe ya un verdadero espacio para la diferencia política. El misno desarrollo incontenible de medios de comunicación como la televisión y la internet tienen como resultado una homologación rescindiendo de las posiciones ideológicas, ahora todo el mundo —incluidos los grupos terrorista más radicales— ¬emplea el mismo lenguaje técnico, las mismas armas estratégicas y mediáticas”. —En sus libros llama la aten in el diálogo con autores heterodoxos para la filosofía y teoría políticas, como Bataille o Canetti. ¿Cree que es necesario ir más allá de las redes disciplinarias? ""Si me pregunta si considero necesario ir más allá del lenguaje especializado, filosófico y político, para captar los fenómenos más relevantes de nuestro tiempo: sí, me parece que sólo de esta manera —rompiendo los límites de los lenguajes separados de la filosofía, la política, la antropología, la literatura— es posible activar una visión de amplio alcance sobre la contemporaneidad. ¿Quién sino Canetti nos refiere de mejor forma la relación entre el ser y la supervivencia que está en el centro de la reflexión biopolítica? ¿Y quién sino Bataille nos explica la diferencia entre la 'economía restringida' y la 'economía general' que se contraponen en nuestra época fuera de los parámetros económicos y político tradicionales? Y la más extraordinaria anticipación del nazismo, ¿no está en algunas de las páginas de Kafka?” —Después de su reconstrucción genealógica de la biopolítica, ¿cómo la entiende?, ¿podría explicar el vuelco de la biopolítica en tanatopolítica? ""Como ya lo había intuido Foucault, aquello que se denomina 'biopolítica' —política de la vida— siempre está a punto de trastocarse en tanatopolítica, en política de la muerte. Esto ocurre cuando la vida —o más bien un cierto tipo de vida, la vida privilegiada de un pueblo o una raza— se convierte en el bien supremo al cual todo lo demás puede y debe ser sacrificado. Incluso la otra vida, la vida de otros pueblos y otras razas que parecen amenazar su primacía o, mejor aún, su pureza. La catástrofe nazista —pero no sólo ella— surge de este atroz silogismo. Lo cual no significa que esto deba suceder siempre. Que toda biopolítica, inevitablemente, se convierta en tanatopolítica. Creo, por el contrario, que se debe pensar en la posibilidad de una biopolítica afirmativa, positiva"". —El argumento de su trilogía sobre la biopolítica (y hacia el final de ""Categorías de lo impolítico”) se desarrolla como un círculo concéntrico en torno a la idea de ""comunidad"". ¿Cómo debe entenderse ella? “La comunidad ha de ser pensada de una manera que la sustraiga de su tendencia a caer en el sentido de pertenencia común o de identidad que vincula a comunidad grupo de hombres sobre la base de ciertas características étnicas territoriales, religiosas destinada; a contraponerlo a otros grupo: concebidos del mismo modo. El retorno a la etimología latina de 'communitas' y la idea de 'munus’ —que he propuesto en mis libros— identifica, por el contrario, un modo de pensar lo 'común' como algo que no se refiere a lo propio, a lo similar, a lo idéntico, sino a lo impropio, a lo distinto, a lo otro. Así como la idea de 'don', implícita en el término 'munus', define la comunidad como aquello que vincula a los seres vivos con la ley de la donación y de la alteración recíproca"". —Sin embargo, el nudo central de su trilogía parece ser el concepto de ""inmunidad"". ¿Cuál es su pensamiento sobre el tema? ""El concepto de 'inmunidad' nace en estrecha relación con el de comunidad, incluso desde un punto de vista etimológico constituye su reverso: es inmune quien puede sustraerse a la obligación y a los riesgos de la 'communitas'. También en el plano jurídico y en el médico la inmunización se refiere a una práctica de protección y sustracción respecto de un peligro que ataca a todos porque está implícito en la relación humana. Ello no quita que esta protección, o exención, del riesgo, confiada a los dispositivos inmunitarios, produzca al mismo tiempo un efecto negativo —sustrayendo la existencia de su dimensión más libre y vital, que es precisamente la de la 'communitas—'. Se puede decir que la inmunización en altas dosis tiende a sacrificar la vida en su sentido más intenso a la simple supervivencia"". —¿Puede explicar su crítica a la subjetividad abstracta a través de la noción de “persona viviente” o “tercera persona”? ""En mi libro 'Terza persona' —en curso de traducción al español por editorial Amorrortu— he avanzado la tesis de que la persona, incluso antes que un concepto, es un dispositivo cuyo efecto fundamental es la división del género humano, y también del propio individuo, en dos zonas, una bajo el dominio de la otra, la primera de carácter racional o espiritual y la segunda de carácter animal o corporal. Tal dispositivo, originado en la primera teología cristiana y en el derecho romano, se ha transmitido, con algunas variaciones, incluso a la concepción moderna. La 'tercera persona' —es decir, la perspectiva de lo impersonal— quiere reincorporar el ser viviente, y el conjunto de la especie humana, asimismo, superando las separaciones jerárquicas grabadas en él desde el dispositivo de la persona"". —¿Es posible resistirse a la demagogia y el populismo? “Es muy difícil escapar del populismo (pero, en todo caso, se debería ver de qué populismo se trata) y de la demagogia en nuestra sociedad pienso, por ejemplo, en Italia , en la que una democracia formal se mezcla con aquella que Guy Debord llamaba sociedad del espectáculo. Se necesita modificar radicalmente la forma política en que vivimos, por una parte multiplicando los centros de poder autónomos y, por otra colocando en el centro de las dinámicas políticas a la vida y no más al sujeto pueblo con sus deseos miméticos de identificación con el líder de turno"". Se necesita modificar la forma política en que vivimos Algunos datos Roberto Esposito (1950) es considerado uno de los más importantes y más originales filósofos italianos. Profesor de Historia de las doctrinas Políticas en el Instituto Italiano de Ciencias Humanas de Nápoles, es cofundador del Centro para la Investigación sobre el Léxico Político Europeo (Bolonia) y es miembro del Colegio Internacional de Filosofía (París). Es autor de una serie de influyentes libros sobre filosofía política. En su primera visita a Chile, Esposito tendrá diversas actividades, dos de las cuales serán públicas: mañana lunes 20 de octubre, a las 19 horas, se realizará la conferencia ""La hora de la biopolítica"", en la Casa Central de la Universidad de Chile; el martes 21 a las 19:30 horas, la conferencia ""Persona, hombre, cosa"", en el Centro Cultural Matucana 100. Los días 22 y 23, en actividades que no serán abiertas al público, se reunirá con profesores, investigadores y alumnos de las universidades de Chile y Diego Portales."