Publicado en La Nación
"Entre los libros del profesor norteamericano Henry A. Giroux que pueden encontrarse en la Argentina, el que acaba de publicar Amorrortu tiene una particularidad: reúne sus artículos más concluyentes de los últimos quince años. La selección fue realizada, a pedido de la editorial Westview, por Joe Kincheloe, Peter McLaren y Shirley Steinberg, prestigiosos especialistas en el campo de la educación y la cultura y directores de la colección The Edge: Critical Studies en Educational Theory. En las palabras preliminares, los editores destacan algunas claves de la trayectoria de Giroux: haber introducido en los estudios sobre educación, en plena época de Reagan, los enfoques de la escuela de Francfort y los estudios culturales británicos; su valoración de los aportes del posestructuralismo, del feminismo y de los estudios poscoloniales a la teoría social,y su rescate de lo mejor de las ciencias de la educación del siglo XX. Semejante apertura a distintos campos de conocimiento condujo a Giroux a introducir nuevas perspectivas analíticas en el estudio de la pedagogía. Los artículos del libro se ordenan en tres partes -""Fundamentos teóricos de la pedagogía crítica, ""La pedagogía crítica en el aula"" y ""Preocupaciones contemporáneas""- que dan cuenta de la compleja imbricación que en la obra de Giroux tienen la reflexión teórica, político-social y educativa. Una mirada transversal de los escritos revela la consistencia del pensamiento del autor a través de los años, su notable rigurosidad conceptual, la construcción de un lenguaje teórico crítico, una constante preocupación por la dimensión del poder, lo público y la democracia, el diálogo con distintas tradiciones y el análisis de fenómenos educativos contemporáneos. Giroux nunca deja en el margen la reflexión sobre la enseñanza, en particular la enseñanza universitaria, sino que logra combinar adecuadamente la crítica política con la interpretación de los problemas específicos de las instituciones educativas. Algunos artículos se detienen en ciertos temas clave de la educación que desbordan las particularidades que han adquirido en las coyunturas locales y que toman resonancias universales. En ""La enseñanza y la cultura del positivismo: notas sobre la muerte de la historia"", Giroux analiza cómo la cultura del positivismo ha estado asociada en Estados Unidos a una racionalidad tecnocrática que niega la importancia de la conciencia histórica y que apunta al statu quo. La tesis del pensamiento neoconservador, que plantea que la causa de la tan mentada crisis de la educación pública es la pérdida de autoridad del adulto/familia/profesor, tesis según el autor propia de una ""visión idealizada del sueño americano"", es revisada en ""La autoridad, los intelectuales y la política del aprendizaje práctico"". Giroux revindica una concepción dialéctica de la autoridad, concebida como una construcción histórica modelada por distintas tradiciones y en estrecha vinculación con los fundamentos éticos y políticos de la enseñanza. La autoridad debería asentarse -señala- en una teoría de la democracia y en una visión emancipatoria que permitiese legitimar las escuelas como ""esferas públicas democráticas"". En ""Los intelectuales públicos y la cultura del reaganismo en la década del 90"", se cuestionan las tendencias a la gestión empresaria privada de las escuelas públicas con fines de lucro, de amplia expansión en Estados Unidos y en el mundo en la última década. Giroux concibe la educación superior como una esfera pública decisiva para contrarrestar las tendencias neoconservadoras, en la que los académicos deberían desempeñarse como intelectuales públicos responsables de llevar adelante frente a los alumnos una rigurosa crítica social y capaces, además, de ser críticos de su propia autoridad en el aula. Una tesis central del libro, planteada en varios artículos, es la importancia de la pedagogía en la revisión y profundización de los estudios culturales. Si bien en todo el texto la reflexión sobre la educación está presente, en los artículos reunidos en la segunda parte, titulada ""La pedagogía crítica en el aula"", Giroux avanza sobre varias cuestiones conceptuales que son una marca de su obra. Postula la importancia de desarrollar una ""pedagogía radical"" como respuesta a las limitaciones de la hipótesis reproductivista de la educación, propia de los estudios de los años setenta, una pedagogía más atenta a las posibilidades de transformación y no sólo a la crítica de las dimensiones estructurales del fenómeno educativo. Anclada en una nueva definición del poder, la pedagogía radical se propone como una forma de política cultural y como una ""pedagogía de los límites"", en la medida en que el conocimiento se plantea como una construcción que se realiza en las fronteras de las disciplinas y que debe descentrarse y dar lugar constantemente a la creación de nuevas categorías. Giroux incorpora también, atento al impacto en la educación de la transformación del mundo audiovisual, un análisis de los modos y medios de representación a partir de una idea de alfabetización que toma en cuenta los procesos de hibridación cultural y sus consecuencias sobre la lectura y la escritura. Pedagogía y política de la esperanza. Teoría, cultura y enseñanza aborda de manera aguda, con un riguroso aparato teórico y con perspectiva polémica, algunos de los principales dilemas de la educación contemporánea. Constituye pues una lectura imprescindible para todos los que se interesan en la teoría crítica de la educación, uno de cuyos referentes más destacados en el mundo es Henry A. Giroux. "