¡Yo estudio! No soy más que el sujeto del verbo estudiar. A pensar, no me atrevo. Antes de pensar, hay que estudiar. Sólo los filósofos piensan antes de estudiar, dijo Bachelard, quien era filósofo, crítico y epistemólogo, pero también un pensador profundo y un poeta. Toda su obra refleja tanto su precisión científica como su sensibilidad poética. En los trabajos que se reúnen en estos Estudios: "Noúmeno y Microfísica", "El mundo como capricho y miniatura", "Luz y sustancia", "Crítica preliminar del concepto de frontera epistemológica" e "Idealismo discursivo", se conserva la huella de itinerarios de investigación y de problemáticas. Había que inventar en filosofía el dualismo, sin excomunión mutua, de lo real y lo imaginario. Gaston Bachelard es el autor de esa invención, mediante la aplicación osada de un nuevo principio de complementariedad. Los Estudios del período 1931-1934 son los testigos de esa invención y, a la vez, sus primeros frutos.