La lucha contra el racismo es la tarea más urgente de nuestra época. De su éxito depende el nacimiento de una organización mundial basada en la paz y el respeto mutuo. En una primera parte de la obra, Bastide analiza el prejuicio racial combinando la teoría de la frustración-agresión con la teoría del interés económico. La primera señala la necesidad de un "chivo emisario"; la segunda explica por qué el prejuicio se dirige contra tal o cual raza. Las investigaciones concretas revelan que el racismo es una reacción autodefensiva de los grupos dominantes respecto de los dominados, justificando un tipo determinado de explotación, que recrudece con el desarrollo capitalista. En una segunda parte, el autor estudia el encuentro entre civilizaciones: los fenómenos de transculturación en sus variadas formas -sincretismo, reinterpretación, mestizaje cultural-. En este campo, dejar de lado la creencia en la superioridad de la civilización racionalista y técnica .es condición indispensable para el desarrollo de un proceso de interfecundación de culturas. Por último, el análisis del mesianismo plantea una doble exigencia: abandonar el prejuicio etnocentrista en el estudio de los pueblos coloniales y realizar un verdadero esfuerzo de comprensión respetando los valores tradicionales en civilizaciones de distinto origen. Particular atención dedica el autor a los movimientos nacionalistas de América latina, que reconocen -a su juicio- un origen más o menos mítico y precedentes mesiánicos.