Obras como El mito del eterno retorno, El chamanismo, La búsqueda y muchas otras han caracterizado a Mircea Eliade como uno de los más destacados eruditos en el campo de la historia de las religiones, particularmente las asiáticas. El autor destaca que las culturas y religiones primitivas "no se interesan en igual medida que nosotros por lo que llamamos "historia". Les preocupa más bien su propia "historia sagrada", es decir, los actos míticos y creadores que sentaron las bases de sus instituciones y otorgaron sentido a la existencia humana". La aceptación de la historicidad de los primitivos no dio origen a ninguna hermenéutica adecuada, a causa de que no se tuvo suficientemente en cuenta la creatividad religiosa de estos pueblos, considerando su historia como una proyección de fenómenos psicológicos, sociológicos o económicos, con criterio reduccionista. En su obra, Eliade aplica estas ideas fundamentales arrojando nueva luz a los datos de que hoy se dispone respecto de las religiones australianas, con sus Dioses Superiores, sus Héroes de la Cultura, sus ritos de iniciación y muerte, sus hechizos y curanderos.